The PHONE KILLER in me is the PHONE KILLER in you

miércoles, 30 de julio de 2008



Había sido un día muy estresante. Tráfico, avenidas cerradas, tuve que caminar para llegar a una cita de trabajo a la que ya no iba a llegar a tiempo... y mi teléfono celular la estaba haciendo de pedo: la pantalla no me dejaba ver nada. Tenía que apretarlo como para que "algo" hiciera contacto y poder ver las indicaciones. Así que ahí iba yo: entré corriendo y caminando, sin poder avisar que a alguien se le había ocurrido cerrar una de las avenidas principales y que entonces tuve que caminar y que iba a llegar tarde.

Ni un teléfono público tampoco. Y entre la caminada y la angustia iba apretando con las dos manos el teléfono para ver si la pantalla hacía contacto y se dignaba a dejarme hacer una llamada. Caminé y caminé, sudé, las piernas me dolían, los pies. Entró una llamada. Jadeando le expliqué el problema y le dije que el pinche teléfono ya me tenía harto y que colgando lo iba a azotar contra el piso o contra un muro. Era mi chica. Pero a ella no la iba a ver. Y le colgué rápido porque es capaz de quitarme los instintos asesinos muy rápido.

Cuando era obvio que llegaría tarde y que nadie más me iba a llamar para ver en donde iba y que a nadie de los que me esperaban se le ocurrió pensar: "Voy a ver en donde va... chance le pasó algo o nadie le dijo por donde ingresar a este lugar", lo primero que hice fue apretar con toda mi fuerza el puto teléfono. La pantalla tronó un poco. Quedó una manchita rara en ella pero aún prendía. No se veía nada pero se notaba que estaba encendida. Después, lo puse entre mis colmillos y lo mordí. ¡Crack! ¡¡Crrrrrrak!!. Le dejé dos marcas de colmillos en la pantalla. Seguía vivo pero sin servir. Como el I.F.E.
Como la guerra anti-narco.
Como el cine Teresa.
Como la radio "hablada"
Como la selección nacional de fútbol
Como el ministerio público
Como la educación
Como la fé
Como la esperanza de que este país salga de la jodidez moral, anímica y social.

paracarlos02.jpg Hace mucho que no explotaba porque una vez un buen amigo me dijo: "Uno tiene que explotar cuando uno tenga que explotar" con eso me quiso decir que no había que explotar por pendejadas como un partido de futbol perdido, las "agresiones" anónimas por internet, la traición de un "amigo" o al no encontrar las llaves de la casa. Si así lo hiciéramos, imagina todas las "explosiones" que habría diario en la Ciudad de México. La furia. El hastío del país que LO TIENE TODO PERO TODO ESTÁ A MEDIAS. FUNCIONA A MEDIAS. Aunque te lo cobran como si vivieras en Mónaco y funcionara como los celulares de Tom Cruise en Misión Imposible.

Me sentí muy solo, no porque el teléfono no me dejara sacar llamadas sino porque me tardé, no aparecí y ninguno de mis "socios" llamó para ver si había pasado algo. Cuando es como lo primero que uno hace cuando un "socio" no llega a una junta de negocios. Ni siquiera es algo de amistad. Pero bueno, ya quedándome sin aliento y ver que me faltaban aproximadamente dos campos de futbol para llegar a donde tenía que llegar. Disminuí el paso. Respiré profundo (lo cual siempre ayuda). Pensé en las personas que me llaman, en las que llamo, en las que llamé y me llamaron alguna vez. Y entonces............................................. LE QUITÉ EL CHIP.

A huevo. Pinche hueva meterle todos los datos otra vez a un teléfono celular. Le quité el chip delicadamente. Me imaginé que así le hacían los asesinos seriales con sus victimas: ¿las desvisten despacio para luego cortarlas en pedacitos?. ¿Les quitan los calzones con delicadeza antes de asesinarlas?. No sé. Solo tomé el chip, disminuí la velocidad de mis pasos, cerré el teléfono (de esos que la carátula se desliza pa'rriba y pa'bajo) y con todas mis fuerzas lo aventé para que se fuera a estrellar contra un muro. Paz!!!!. Si. Paz!!!!!. Espero que algún día puedan sentir esa paz. Lo maté. Lo hice pedazos. Estalló esa chingadera que te venden como si fuera un riñón o algo sin lo cual no puedes vivir. Un simbolo de lo "cool" indefenso ante mi fuerza, mi puntería y mi grito de "¡Órale... a la verga pinche chingadera!".

Claro, tuve que comprar otro pero no crean que el más pedero y con conexión al Pentágono con microscopio y Protools integrado. No. Me compré uno con el que me llaman y con el que llamo. Creo que ni reloj tiene. Ah si. Si tiene. Y tiene un foquito muy chistoso que alumbra de poca madre en la oscuridad.

No llegó ninguna chava guapa y fitness a decirme con una sonrisa y brincoteando como si le andara de la chis: "No lo hagas, somos parte del mismo universo comunicativo, perteneces a mi circulo social, ven, te hago el paro, mira, escoge un plan y otro teléfono". No llegó un edecán de acento raro, barbita a medio crecer y pelo chinito a decirme: "Todos estamos conectados con un corazón y felices nos mensajeamos". No. Ninguno de esos modelitos-vendedores estuvo ahí para salvarle la vida poniendo sus caras de pendejos risueños que bajan sus cosas sin problemas por internet. De hecho no los esperaba, tampoco me creas así muy pendejo.

Con un teléfono con cámara podría haber filmado el momento en que estalló esa madre. Pero mi memoria me gusta más.

¡¡¡Pazzzzzzzzzzzz!!!


De warpig http://prodigymsn.dixo.com/warpig-blog/

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